Noticias

El Toyota más antiguo descansa en el museo Louwman de Holanda


El Toyota más antiguo descansa en el museo Louwman de Holanda
Más nuestro protagonista de hoy es el Toyota AA, el primer modelo de la firma japonesa Toyota, anterior a la Segunda Guerra Mundial pero del que no había constancia de ninguna unidad hasta el año 2008. 

Si miramos la Segunda Guerra Mundial desde un aspecto meramente automovilístico, nos daremos cuenta de que tuvo un gran impacto. En qué no, realmente. Retrasó e incluso puso en riesgo la llegada de vehículos tan míticos como el Citroën 2CV. También acabó con ejemplares de algunos coches escasos y con buena parte de la industria, que se reconvirtió en industria armamentística.

Más nuestro protagonista de hoy es el Toyota AA, el primer modelo de la firma japonesa Toyota, anterior a la Segunda Guerra Mundial pero del que no había constancia de ninguna unidad hasta el año 2008. Es un modelo del que se produjeron 1.404 unidades entre 1937 y 1942 y de la que por el momento, y que se sepa, solo sobrevive, de aquella manera, la que protagoniza este artículo. De hecho, en su 50 aniversario Toyota fabricó una réplica del AA, basada en la poca información disponible puesto que faltaban muchos planos. El Toyota AA tenía un motor gasolina de seis cilindros en línea y 3.3 litros de cubicaje.

Nuestro protagonista descansa en el Museo Louwman de Holanda, entre auténticas hoyas de la automoción. Es un coche que jamás ha sido restaurado y que incluso, ha sido modificado a lo largo de sus más de 70 años de vida. Las manillas, la parrilla, los faros o las llantas son algunos elementos que no le corresponden, pero que indudablemente forman parte de la historia de este modelo único.

En el año 2008 uno de los responsables del museo Louwman recibió una llamada de un contacto, diciendo que tenía localizado un Toyota AA. Aparecía en un periódico de anuncios de Rusia y lo vendía el nieto de un granjero de Siberia que lo utilizó como herramienta de trabajo desde la Segunda Guerra Mundial. Puso pasar desapercibido ya que se anunciaba como un Chrevrolet Airflow, coche con el que tiene bastantes similitudes estéticas. Afortunadamente, se pudo confirmar la autenticidad del que es el único Toyota AA que sobrevive.

Tras siete meses de gestiones en las que intervino hasta el propio ministro de cultura ruso, el Toyota AA acabó descansando en Museo Louwman. Allí es donde ahora podemos contemplar esta mugrienta joya, que tiene también algunas particularidades propias de su historia, como la reubicación de su volante. Como coche japonés, originariamente se conducía en el lado derecho, pero en Rusia el volante pasó a la izquierda. La llave de arranque todavía está conectada en el cláusor. ¿Arrancará con una batería nueva y un poco de gasolina?